El radar social de la farmacia

Artículo de Jordi Casas, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona

"Con acciones de este tipo, nuestro papel como agentes de salud sale reforzado y se demuestra, una vez más, la importancia del trabajo en equipo en una red de acción comunitaria como la que representa Radares."

Carme tiene 80 años, vive sola, y Maria, su farmacéutica de confianza, ha detectado que hace unos días que no acude a la farmacia a buscar su medicación. Es la primera señal de alerta para Maria, que participa en el proyecto Radares, cuyo objetivo es prevenir el riesgo de aislamiento social y la soledad no deseada de personas mayores como Carmen.

Los farmacéuticos siempre hemos realizado una importante labor social detectando este tipo de problemáticas, y fue en 2014 cuando el Ayuntamiento de Barcelona, con la colaboración del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, integró a las farmacias comunitarias en su red de agentes “radares”, con un protocolo especial dentro del programa gracias al perfil sanitario del farmacéutico. Sin duda, se trata de un proyecto que fortalece la capacidad que tenemos para actuar a escala social, ya que como profesionales sanitarios accesibles y cercanos a la población, plenamente integrados en los barrios, ayudamos a reducir un problema de impacto global junto al resto de actores implicados.

De hecho, el CGCOF ha situado a Radars como iniciativa vinculada con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por Naciones Unidas. Y es que son muchas las acciones que llevamos a cabo. Desde facilitar información del proyecto y de los recursos de Servicios Sociales existentes; hasta identificar y comunicar situaciones de riesgo; pasando por ceder la farmacia como espacio de mediación y, en el caso de los usuarios que lo requieran, proponer servicios de la farmacia dirigidos a la mejora de la adherencia ya la educación sanitaria. Asimismo, durante la pandemia hemos continuado más activos que nunca, triplicando las llamadas a las personas usuarias para poder realizar un acompañamiento más próximo e intenso y contando con una relación muy estrecha con el resto de agentes que participan.

Por todo esto, quiero agradecer el trabajo de los farmacéuticos comunitarios que, día tras día, encienden el suyo "radar social" para ayudar a personas mayores que se encuentren en una situación vulnerable. Con acciones de este tipo, nuestro papel como agentes de salud sale reforzado y se demuestra, una vez más, la importancia del trabajo en equipo en una red de acción comunitaria como la que representa Radares.

Originalmente publicada en la tribuna al medio El Global, publicada en su versión en papel (pág. 31) de la edición número 950.

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