Artículo de Jordi de Dalmases, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Catalunya.
Renacer es de esas palabras que es difícil explicar todo lo que abarca, pero podría concluirse que sólo aquellos que han estado antes al borde del abismo pueden entender realmente su magnitud.
Los farmacéuticos catalanes, con la recuperación de la fecha de cobro de recetas dispensadas después de ocho años, podemos apropiarnos de estas ocho letras y decir que hemos vuelto a nacer; que por fin ha llegado este último capítulo de una historia que parecía interminable. Y que, gracias a ese final, verán la luz nuevos principios.
En julio de 2010 comenzaban las primeras dificultades en el pago de las facturas por los medicamentos dispensados en las farmacias catalanas. Fue entonces cuando empezó una carrera de fondo para conseguir que aquella situación se extinguiera lo antes posible, o, al menos, no empeorara.
El medicamento, una prioridad
Durante todo este tiempo hemos luchado para que los medicamentos fueran una prioridad para las administraciones al igual que lo es para los pacientes. Y lo hemos hecho, entre otras muchas acciones, impulsando diferentes campañas de sensibilización y denuncia; negociando con la Administración central y autonómica; organizando dos concentraciones –una frente a la Generalitat y otra ante la Delegación del Gobierno de Cataluña–, y recogiendo 400.000 firmas para presentarlas en Parlamento.
Jordi de Dalmases, presidente del Consejo de COF de Catalunya.
En esta lucha por los impagos, y también en la reclamación de los intereses por los retrasos, sin duda, ha sido imprescindible el trabajo conjunto del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña con la Federación de Farmacias de Cataluña (FEFAC).
Fueron momentos críticos en los que se hace notable la importancia de actuar de la mano hacia una misma dirección y aunar fuerzas para conseguir resolver la problemática con las menores repercusiones posibles para el sector. Muestra de este trabajo en equipo fue el clamor unitario que protagonizamos en 2015 junto con Pimec (patronal de la pequeña y mediana empresa de Cataluña) y otras entidades del sector sanitario, farmacéutico y de la dependencia para denunciar que las administraciones estaban poniendo la salud en una situación de quiebra.
Retrasos de hasta cuatro meses
Y es que en estos ocho años no ha sido fácil hacer frente a los retrasos constantes de entre 25 y 55 días, hasta alcanzar un máximo histórico de cuatro meses en 2013. Tampoco lo ha sido conseguir alternativas de financiación para minimizar el impacto económico sobre los farmacéuticos. Pero, sobre todo, lo que no ha sido fácil es tener que decir adiós a farmacias que han tenido que bajar la persiana porque ya no podían aguantar más. Desde el Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña estaremos siempre orgullosos de que, a pesar de estas situaciones complejas, los farmacéuticos hayan mantenido en todo momento el compromiso con la razón de ser de la profesión, que es el ciudadano, sin que el servicio asistencial se viera afectado. Han blindado la profesionalidad y la entereza, y no han olvidado que lo importante es seguir trabajando por y para el paciente, implicarse en la mejora de los resultados de salud, en los que los medicamentos tengan los efectos deseados y conseguir, con todo ello, mejorar la calidad de vida de las personas. Con esta actitud la profesión ha vuelto a ganar y ha reforzado los valores que caracterizan a la farmacia.
Celebramos que la Generalitat vuelva a pagar el día 5 de cada mes, tal y como contempla el Concierto de Atención Farmacéutica, y tal y como lo decía al principio, gracias a este final, se abre la posibilidad de volver a crear proyectos de futuro para la farmacia catalana, en un clima de colaboración con la Administración que nos ha caracterizado siempre. Con la energía que nos ha proporcionado esta buena noticia, es momento de mirar hacia delante y dar respuesta a los nuevos retos. Los farmacéuticos tenemos mucho que aportar y es hora de seguir demostrándolo.
Traducción del artículo publicado en Correo Farmacéutico el 30/10/2018