Entrevistamos Luis J. González Díez, nuevo presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. El 17 de junio tomó posesión la nueva Junta de Gobierno del COFM, proclamada electa el pasado 4 de junio. Licenciado en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid en 1977, ha estado vinculado a la Junta del Colegio a lo largo de quince años: ha ejercido como secretario del Colegio (2006-2014) y vocal de Oficina de Farmacia (1999-2006). Previamente, fue Tesorero de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) y Vicesecretario de la Asociación de Empresarios Farmacéuticos de Madrid (Adefarma).
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los farmacéuticos en Madrid?
No creo que sean muy distintos al del resto de compañeros. Considero que los farmacéuticos debemos asumir nuevas responsabilidades asistenciales y un mayor protagonismo sanitario y social en ámbitos como la dependencia, la asistencia domiciliaria, el seguimiento de los pacientes crónicos y polimedicados o la promoción activa de la salud. Es una oportunidad para la profesión y es también lo que nos reclama la sociedad. Ahora es el momento de buscar la mejor fórmula y el mejor marco para responder con garantías y obtener resultados en la salud de los pacientes, porque lo que no hacemos nosotros, otros se encargarán de hacerlo. Pero dicho esto, también opino que deben dejarnos. Porque no se puede seguir incidiendo en el sector con rebajas, recortes y descuentos. Necesitamos un marco regulativo y económico estable si queremos invertir en nuestro futuro y esto es un reto que tenemos pendiente toda la profesión.
¿Cómo cree que puede ayudar al Colegio que preside a avanzar la profesión?
El Colegio debe liderar estos cambios y facilitar al máximo, con su labor de información, formación y soporte técnico, este importante paso profesional. Debemos promover estándares de calidad de los servicios profesionales farmacéuticos porque, de otra forma, se producirá una fragmentación de la red de oficinas de farmacia que no será beneficiosa ni para los farmacéuticos ni para la sociedad. Y debemos buscar el apoyo de las administraciones, de los agentes del sector y también del resto de profesionales sanitarios, porque es un proceso que exige la máxima colaboración y compromiso de todos si queremos que se convierta en una realidad.
¿Cuáles son sus principales objetivos para esta legislatura?
Queremos seguir trabajando para mejorar las condiciones laborales y profesionales de los farmacéuticos y crear nuevas oportunidades para seguir creciendo como profesión. Lo primero, desde el punto de vista de la farmacia comunitaria, es asegurar el abono puntual de las facturaciones. El pago de las recetas debe seguir siendo una prioridad dentro del gasto público, como ha sabido reconocer al gobierno madrileño durante estos últimos años que han sido muy duros para el sector. Ahora creo que se abre un buen momento para recuperar el terreno perdido y reforzar la economía de la red de oficinas de farmacia. Qué duda cabe que los nuevos servicios asistenciales que podamos prestar desde la farmacia deben ser, además de un nuevo horizonte profesional, una nueva fuente de ingresos para el sector y debemos encontrar la fórmula para explotarlos de forma conveniente para que resulten eficaces para los pacientes y también eficientes para el sistema. En el Colegio estamos desarrollando los servicios de SPD y control del asma dentro del catálogo acordado con la Conselleria de Sanidad y, próximamente, presentaremos una nueva iniciativa sobre pacientes crónicos dependientes que confío sea apoyada. En esta línea de colaboración, queremos trabajar sin olvidar potenciar todos los elementos que contribuyan a la mejor gestión de las farmacias.
Háblenos de su equipo.
Son un magnífico equipo de profesionales, expertos en sus áreas de trabajo y con experiencia e ilusión por trabajar para la profesión. Tengo mucha confianza en la capacidad de la nueva Junta de Gobierno y me están demostrando desde el primer minuto su entrega y ganas de hacer propuestas de mejora en todos los aspectos del ejercicio profesional. Aprovecho la ocasión para animar a todos los colegiados a que se pongan en contacto con el Colegio y con los vocales para resolver sus dudas y participar de forma activa en la actividad colegial, porque queremos conocer de primera mano cuáles son los problemas y las inquietudes profesionales para ofrecer soluciones que de verdad sean útiles para todos los farmacéuticos.
Los Colegios de Farmacéuticos de Madrid y Barcelona tienen varios proyectos conjuntos (Infarma, Ágora Sanitaria), ¿cómo valora la relación de estos últimos años? ¿Existen posibilidades de afrontar nuevas iniciativas?
Es una historia de éxito, creo que la línea de colaboración abierta entre los dos colegios más importantes de España ha sido un gran acierto y los proyectos conjuntos citados son hoy en día uno de nuestros principales activos que queremos seguir potenciando en el futuro. No cabe duda de que puede profundizarse con nuevas iniciativas, como dice, siempre que redunde en el beneficio de nuestros colegiados. Infarma y Àgora Sanitària son dos buenos ejemplos de que juntos nuestro alcance es mayor y también lo es la calidad de los servicios profesionales que podemos ofrecer a nuestros colegiados.
¿Cómo le gustaría que fuera la farmacia del futuro? ¿Hacia dónde cree que debe avanzar?
Es algo que debemos decidir todos los profesionales. Junto con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, abrimos un proceso de reflexión con los colegiados para conocer cuáles eran sus expectativas y motivaciones. Nos encontramos con un acuerdo amplio: el futuro exige una mayor implicación del farmacéutico en el tratamiento farmacológico del paciente y es necesario ofrecer respuestas asistenciales más ajustadas a los problemas y necesidades reales de los pacientes, porque ya no es suficiente con nuestra labor de dispensación de medicamentos. Éste creo que es el eje sobre el que debe girar cualquier actuación farmacéutica futura. Me parece muy interesante en este sentido potenciar los servicios sociosanitarios, dada la pirámide demográfica de la población. Podemos realizar una gran labor y lo estamos demostrando ya en el seguimiento de los pacientes crónicos y polimedicados y en muchas áreas como la dependencia, la nutrición o en todo lo que tiene que ver con las políticas de promoción de la salud. Es un camino que considero muy estimulante para la profesión, siempre y cuando aseguremos bien la estabilidad económica del sector y nos dotemos de un marco normativo que nos permita crecer como profesionales.
