Artículo de Marta Alcalde, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona
“Todos los profesionales sanitarios, ginecólogos, médicos de atención primaria, enfermeros, farmacéuticos, etc. tenemos una tarea muy importante a la hora de proporcionar información a los pacientes y ayudar a resolver estos problemas que afectan a su confort y salud sexual y que si inicialmente no se tratan de la manera adecuada, pueden llegar a desencadenar problemas más graves.”
Laestudio CLOSER (CLarifying Vaginal Atrophy's Impact On SEx and Relationships) concluyó que la atrofia vaginal post menopausia (definida como una condición crónica con síntomas que incluyen sequedad vaginal, dolor, irritación, picor y dolor durante el coito) tiene un impacto en aspectos físicos y emocionales relaciones entre las mujeres post menopáusicas y sus compañeros.
Según la investigación, en la que se encuestó 4.100 mujeres y 4.100 hombres de países como Reino Unido, Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Italia, Francia, Canadá y Estados Unidos, los principales efectos de la atrofia vaginal implicarían:
- Tener relaciones sexuales menos a menudo (mujeres 58%, hombres 61%)
- Menos satisfacción sexual (mujeres 49%, hombres 28%)
- Posponer la práctica de sexo (mujeres 35%, hombres 61%)
Por otra parte, evitar la intimidad se atribuía al sexo doloroso (mujeres 55%, hombres 61%) ya una reducción del deseo sexual (mujeres 46%, hombres 43%). Los resultados obtenidos, por tanto, animan a llevar a cabo una comunicación más abierta sobre la atrofia vaginal entre las parejas y sus profesionales sanitarios.

Datos como los expuestos anteriormente resaltan la importancia de visibilizar los problemas de salud relacionados con la sexualidad y estados fisiológicos como la menopausia y pone sobre la mesa la importancia de dejar de lado tabúes y trabajar por potenciar la comunicación de los pacientes con los profesionales sanitarios. Un aspecto clave, también, en la actuación farmacéutica.
Consultas en aumento en las oficinas de farmacia
De hecho, actualmente, el número de consultas en las oficinas de farmacia relacionadas con temas de salud sexual e higiene íntima de la mujer ha ido en aumento. Aunque estos problemas no son nuevos y en muchos casos se derivan de cambios fisiológicos en el propio cuerpo de la mujer, las consultas se hacen más frecuentes seguramente por las modificaciones y repercusiones que pueden originar en la calidad de vida de las mujeres afectadas.
Uno mejor conocimiento de su propio cuerpo y una mayor preocupación en todo lo relacionado con su sexualidad, asociado a una apertura y cambio de mentalidad de la sociedad actual -donde se han dejado de tratar como temas tabúes y se intenta dar normalidad a la hora de abordar estas preocupaciones - pueden ser los responsables de este aumento de consultas.
Todos los profesionales sanitarios, ginecólogos, médicos de atención primaria, enfermeros, farmacéuticos, etc. tenemos una tarea muy importante a la hora de proporcionar información a los pacientes y ayudar a resolver estos problemas que afectan a su confort y salud sexual y que si inicialmente no se tratan de la forma adecuada, pueden llegar a desencadenar problemas más graves.
El papel del farmacéutico
Los motivos de consulta en la farmacia son muy diversos, a veces van ligados a estados fisiológicos de la mujer como la menopausia, donde se produce una disminución del nivel de estrógenos y esto conlleva una serie de manifestaciones como la sequedad o la carencia de lubricación. Otras veces, las consultas pueden ir ligadas al consumo previo de determinados fármacos en los que se modifican las condiciones fisiológicas de las mucosas y esto se traduce en un aumento de la susceptibilidad a sufrir determinadas enfermedades y, finalmente, en otras ocasiones, las consultas pueden ser consecuencia de enfermedades o hábitos que conllevan una sintomatología asociada.
Sea como fuere, los farmacéuticos comunitarios deben tener muy claro en qué casos es necesario un diagnóstico médico y en qué situaciones pueden resolver las consultas con productos de indicación farmacéutica, de higiene específica y otros coadyuvantes complementarios, sin olvidar todos aquellos otros consejos sobre hábitos saludables que deben acompañar siempre su intervención y que también contribuyen a una mejora de la adherencia de los tratamientos y, en consecuencia, a una mayor recuperación de la persona afectada.
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