Los programas de vacunaciones constituyen uno de los pilares fundamentales de la prevención en el ámbito de la salud pública. Su objetivo es proporcionar inmunidad a las personas vacunadas individualmente y al mismo tiempo conseguir inmunidad de grupo, respecto de determinadas enfermedades y, en consecuencia, reducir la morbilidad y mortalidad o eliminarla. Eléxito de un programa de vacunaciones, pues, depende no sólo deleficacia de las vacunas empleadas, sino también de la su implantación máxima en la población diana.
La conferencia "¿Se vacunan suficiente los profesionales sanitarios?", que acogió el COFB el pasado 5 de noviembre, contó con la participación deÀngel Plans, médico de trabajo y jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Instituto Catalán de Oncología, para presentar el valor de la vacunación de los profesionales sanitarios; y con Miguel Ángel González, del Departamento Médico de GSK -Área de Vacunas-, para conocer las ventajas de una vacuna de la gripe tetravalente y qué recomendaciones puede hacer el farmacéutico.


En la conferencia se presentó la vacuna que ha comercializado este laboratorio: hasta ahora todas las vacunas disponibles eran trivalentes, y contienen los 2 subtipos del virus A más frecuentes, H1N1 y H3N2 y sólo uno de los virus del linaje B pero “con la nueva vacuna tetravalente se incluye una segunda cepa B para la gripe estacional la protección será más granden” explica Mercè Barau, moderadora del acto y vocal de la Junta del COFB. “Sin embargo, cada año la OMS da a conocer sus recomendaciones sobre la composición de las vacunas antigripales” (consulta cuáles son las recomendaciones para 2015-2016). Barau también destaca que en la conferencia se remarcó la necesidad de vacunar a personas con índice de masa corporal superior a 40 y, por tanto, no restringir la recomendación no sólo por franja de edad. "Con esta conferencia quisimos poner de manifiesto que, para los profesionales sanitarios, la vacunación es prioritariamente una cuestión ética, para evitar contagios, pero también sirve para favorecer la calidad asistencial, ya que más personal sanitario vacunado también implica menos bajas" explica Barau , y añade: “los profesionales sanitarios tenemos una capacidad de influir sobre las conductas sanitarias, de ejemplificar con nuestra conducta”.
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