El pasado 28 de mayo tuvo lugar a través de webinar la conferencia “Estrés, dietas y confinamiento” patrocinada por el Laboratorio PiLeJe, que contó con las intervenciones de la doctora en Psicología de la Salud y Máster en Dietética y Nutrición Humana, Gemma López-Guimerà y Pilar Casanovas, farmacéutica y responsable de Formación de PiLeJe. Anna Bach-Faig, vocal de Alimentación y Nutrición del COFB, fue la encargada de moderar la sesión, empezando su intervención destacando la celebración en esa fecha del Día Nacional de la Alimentación.
A continuación, explicó que hay una relación entre emociones y alimentos y que la nueva situación provocada por el confinamiento y la crisis de la COVID-19 ha influido sobre la conducta alimentaria. Todo ello, según Bach-Faig, es necesario abordarlo de una manera saludable y, de ahí el motivo de la conferencia. La vocal de Alimentación y Nutrición del COFB también destacó que en la segunda parte de la sesión se abordaría el papel de la micronutrición y complementación alimentaria.
Estrés, dietas y confinamiento
La Dra. Gemma López-Guimerà empezó su intervención destacando también que la situación de confinamiento ha tenido un impacto en los hábitos y la conducta alimentaria. Se trata de una situación con elementos que activan la respuesta al estrés y esto tiene un impacto en la conducta alimentaria.
¿Qué cambios en la alimentación ha habido durante el confinamiento?
Asimismo, López-Guimerà hizo un repaso del cambio de hábitos de alimentación que ha habido durante el confinamiento: ha aumentado el consumo de alcohol, productos procesados y platos preparados, así como el consumo de harinas. Como punto positivo, señaló que también se ha incrementado el consumo de carne de cordero, pescado, verduras y snacks saludables, como los frutos secos, y que también ha habido más gente que ha recuperado la costumbre de cocinar en casa. Según apuntó, se calcula que los ciudadanos habrán engordado de media entre 3 y 5 kg durante el confinamiento y que algunos decidirían empezar a seguir una dieta para perder peso.

Según López-Guimerà, tradicionalmente, nos hemos fijado siempre en alimentación y elactividad física como elementos de una dieta, pero, desde su punto de vista, también debemos fijarnos en otros factores como la microbiota ) sueño a la hora de plantear un tratamiento de cambio de composición corporal. Según la doctora, es importante considerar las horas de sueño como uno de los factores que se ha demostrado que están más relacionados con el metabolismo y las horas de hambre. Dormir entre 7 y 8 horas es fundamental.
Cambio de paradigma y cambio de hábitos
En la parte final de su intervención, expuso que teniendo en cuenta las diferencias individuales no estaríamos programados ni por ser muy delgados ni muy gordos. Y que durante años a las mujeres especialmente se ha impuesto un ideal de belleza relacionado con estar delgada. Desde su punto de vista, pues, es necesario un cambio de paradigma. Muchas dietas no han terminado de funcionar (los que las siguen pierden peso y después lo recuperan). Por todo ello, es necesario un enfoque diferente, en el que la prioridad no es perder peso sino el cambio de hábitos y la salud de las personas.
Desde esta perspectiva, es muy importante que la persona se adhiera a los nuevos hábitos, que les pueda seguir durante toda la vida y que se ayude a cada paciente de una forma personalizada, fomentando un estilo de vida activo y saludable con actividad moderada como por ejemplo andar diariamente durante 45 minutos y alguna actividad de mayor intensidad de unos 15 minutos. También hay que tener en cuenta aspectos como eleducación alimentaria, la mejora del estado de la microbiota, o la complementación nutricional con probióticos.
El papel de la micronutrición y la complementación alimentaria
Durante la segunda parte de la conferencia, la farmacéutica Pilar Casanovas se centró en el papel de la micronutrición y la complementación alimentaria. Comenzó su exposición abordando dos neurotransmisores: la dopamina y la serotonina, que intervienen en el estado de ánimo y el comportamiento alimentario.
Un peso saludable es igual a un estilo de vida saludable
Por otra parte, se refirió a los déficits nutricionales. En el caso de aquellas personas que presenten déficits recomendó escoger una alimentación rica en micronutrientes (hierro, yodo, magnesio, ácidos grasos omega-3…). Si lo trasladamos a una cesta de la compra, los minerales los podemos encontrar en los cereales, los ácidos grasos omega 3 en el pescado y el aceite de oliva; y en la fruta, la verdura y la carne encontraríamos vitaminas y antioxidantes.

Asimismo, recomendó a aquellas personas que presentan problemas de peso y digestivos, “mimar” el intestino por reducir las molestias digestivas, restableciendo el equilibrio de la microbiota. Algunos de los consejos serían: limitar alcohol, tabaco y café, limitar los alimentos como la leche de vaca y aportar los alimentos protectores bajo las formas que mejor se toleren.
También expuso que en micronutrición, frente a cualquier exceso de peso, debe combatirse el desequilibrio de la microbiota (disbiosis). Por último, también destacó que un peso saludable es equivalente a un estilo de vida saludable y puso en valor la importancia del ejercicio físico y de llevar uno estilo de vida activo.
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