
Después de unos días, semanas o incluso meses de vacaciones, la vuelta al curso laboral o académico se presenta, ya, inminente. En consecuencia, como si se tratara de un jetlag profesional, el ritmo de vida varía y los horarios se adaptan a las obligaciones, siendo, normalmente, bastante diferentes a los del período vacacional. Por eso es importante intentar tener una rápida adaptación y no dejar que estos cambios afecten al día a día, ya que si no se consiguen ajustar, el cuerpo puede sufrir sus consecuencias. Un claro ejemplo son las horas de sueño, fundamentales para poder rendir, pero hay otras que, sin darnos cuenta, se olvidan, como el cuidado de una buena alimentación. Comida a deshores, rápido y mal, para aligerar las comidas y no perder tiempo puede hacer que nuestro cuerpo se resienta, generando así, posibles problemas intestinales, cómo la acidez estomacal, el estreñimiento o, incluso, la descomposición.
Se entiende como acidez estomacal en la sensación ardiente y dolorosa que se presenta en el esófago, justo detrás del esternón. Este malestar ocurre en el momento que la apertura del estómago o válvula no se cierra y el ácido devuelve al esófago, irritándolo. Puede ser causado por una enfermedad del reflujo gastroesfágico, por uno espasmo esofágico o por algunos medicamentos antiinflamatorios aunque, a menudo, también se presenta habiendo comido con una gran cantidad de comida o habiendo llevado y haberse acostado de inmediato. Para apaciguarlo, puede tomarse un antiácido, pero en caso de que la sensación sea continuada, es necesario acudir al médico para evitar futuras lesiones. Sin embargo, la acidez también se puede controlar, ya que se conocen algunos de los factores que la provocan. Estos son:
- Vestir con ropa estrecha que presione sobre el estómago.
- Tomar: café, alcohol, tomate, chocolate, menta, comidas con mucha grasa o pesadas, cebolla, comidas picantes o algunos medicamentos como los antiinflamatorios.
- El embarazo. Un 25% de las mujeres embarazadas sufren.
Hay que tener en cuenta que estos factores no afectan igual para todos, así que habrá que conocerse y ver qué cantidades pueden provocar ese malestar.
En otras ocasiones, el estrés posvacaciones o, simplemente, el no mantener una alimentación adecuada, pobre en fibra y agua, puede llevar a desarrollar períodos de estreñimiento. Este problema no se trata de una enfermedad por sí sola, sino de un síntoma habitualmente asociado a alguna disfunción, aunque, si el proceso no mejora y se desconocen las posibles razones del cambio del ritmo intestinal, es recomendable realizar una consulta médica.
- Mantener una dieta rica en fibra, o sea, legumbres, cereales integrales, fruta fresca sin pelar y verduras hervidas y crudas.
- Beber líquidos (agua) abundantemente, mínimo 1,5 l.
- Evitar el sedentarismo, haciendo ejercicio físico con regularidad.
- No contenerse nunca cuando se tenga necesidad de ir al baño, intentando que el cuerpo se habitúe a evacuar a la misma hora.
En caso de que se tenga esta dificultad, es importante no abusar nunca de los laxantes, ya que si se hace un uso excesivo, el intestino suele funcionarse sólo cuando existe la provocación. Se debe procurar que las tripas funcionen por sí mismas con mucha fibra, agua, ejercicio físico y horarios regulares. Precisamente, uno de los métodos para superar este molesto período es el tratamiento higiénico-dietético, que se basa en alimentarse a partir de una dieta muy rica en fibra, comiendo más verduras, tomando más fruta o acostumbrándose a prepararse más ensaladas.
Por último, con los malos hábitos alimenticios, también se puede llegar sufrir la situación inversa, es decir, diarrea aguda. Este problema suele presentarse con la realización de heces blandas y abundantes acompañadas de dolor abdominal y fiebre. La duración suele ser corta, de unos 2 o 3 días y, aunque no existe un tratamiento específico, sí existen algunas recomendaciones para evitar la deshidratación producida por la alteración. De esta forma, habrá que tomar una gran cantidad de líquidos en pequeñas dosis y, una vez se toleren los líquidos, empezar con comidas suaves, como pueden ser la manzana al horno, hervida o rallada, el plátano, el membrillo, el arroz hervido, la zanahoria hervida , el caldo vegetal sin aceite o el pan blanco tostado.
- Leche y sus derivados,
- Carne con mucha grasa,
- Café,
- Bebidas de cola y otros refrescos,
- Fritos
- Picantes.
Hay que tener en cuenta que deberá ir al médico siempre y cuando se tenga fiebre alta (>38˚C) y persistente, haya sangre, moco o pus en las deposiciones, se tenga dolor abdominal fijo y la diarrea dure más de 3 días.
Estos son algunos de los problemas que pueden derivarse de no tener una buena alimentación, así que, aunque no se tenga el tiempo del verano, detente, mantener una buena dieta te ayudará a rendir al día a día.
Para más información:
- Acidez de estómago (vía Farmaceuticonline)
- El estreñimiento (vía Farmaceuticonline)
- Diarrea aguda (vía Farmaceuticonline)