
Temperatura corporal termometrada muy alta, dolor de cabeza, náuseas, sed intensa, somnolencia, pérdida del conocimiento o convulsiones… son síntomas de alerta de que una persona puede estar sufriendo un golpe de calor. Ante estos síntomas, es necesario trasladar a la persona a un lugar más fresco, darle agua, abanicarla, mojarla, y avisar a los servicios sanitarios (061).
Con las temperaturas extremas y el exceso de calor, el organismo sufre una pérdida de líquidos y sales minerales que puede agravar una enfermedad crónica, o provocar deshidratación y agotamiento. Para evitar las posibles consecuencias de las altas temperaturas, el Departament de Salut ha vuelto a poner en marcha el Plan de actuación para prevenir los efectas de la ola de calor sobre la salud (POCS) en el que participan diversas entidades y organismos, entre otros el Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña.
Controlar la temperatura de casa, salir a la calle y realizar actividad física en las horas de menos sol y calor, hidratarse bastante, y controlar la alimentación, son algunas de las medidas que difunde el POCS para evitar un golpe de calor. Estas recomendaciones son especialmente importantes para los colectivos vulnerables: ancianos, niños, enfermos crónicos, y personas que padecen discapacidades físicas o psíquicas.
En las farmacias puede obtener información y recomendaciones para minimizar los efectos negativos de la ola de calor.