La vejiga hiperactiva es uno problema con una gran prevalencia en nuestra sociedad y tiene un impacto negativo en la calidad de vida del paciente y sus familiares. Para conocer en profundidad esta patología, las herramientas de detección y los consejos y recomendaciones indicados para mejorar eladherencia al tratamientoty la calidad de vida del paciente, el COFB organizó el pasado 19 de abril la conferencia “Bufeta hiperactiva: qué es y cómo se trata”, moderada por Aina Surroca, vocal de la Comisión delegada de Formación del COFB. Los ponentes fueron Carlos Errando, jefe de sección de la Unidad de Urología Funcional y Femenina de la Fundación Puigvert de Barcelona y Áurea Toledo, Market Access Manager de Astellas Pharma.
Durante la conferencia, se trataron varios aspectos para comprender mejor la patología. Para contextualizarla, se hizo referencia al ciclo miccional, que consta de dos fases: la de llenado (continencia) y la de vaciado (micción). La primera fase se produce por la inhibición de la actividad del hombro detrusor, la contracción del hombro esfínter liso del cuello vesical y la contracción del esfínter estriado. La segunda consiste en la relajación del esfínter estriado, la relajación del hombro liso del cuello vesical (por tanto, apertura del cuello vesical) y la contracción del detrusor.

Una patología de elevada prevalencia
La vejiga hiperactiva se da tanto en hombres como en mujeres y su prevalencia es elevada en el conjunto de la sociedad y aumenta con la edad. De hecho, afecta a un 21,5% de la población de más de 40 años. En el caso de las mujeres, la prevalencia es del 25,6% y, en el caso de los hombres, del 17,4%.
Infradiagnóstico e infratratamiento de la vejiga hiperactiva
Por otra parte, también podemos hablar de patología infradiagnosticada (según un estudio, sólo un 28,4% de los sujetos con síntomas compatibles habían sido diagnosticados) y infratratada (sólo el 16,7% de los pacientes con vejiga hiperactiva estaban recibiendo tratamiento).
Impacto en la vida cotidiana
La vejiga hiperactiva comporta una disminución considerable de la calidad de vida, ya que sus síntomas tienen un impacto elevado durante el día a día de los pacientes, en el ámbito físico, emocional y social. Este impacto negativo en las actividades de la vida cotidiana puede manifestarse a través de: aislamiento social, pérdida de autoestima y depresión, sentimientos de vergüenza, miedo y ansiedad, visitas constantes al lavabo, utilización de ropa especial y absorbente, evitar los contactos con la pareja o absentismo y disminución de la productividad laboral.

Tratamiento de la vejiga hiperactiva
En la sesión, se destacó que no hay un tratamiento curativo por la vejiga hiperactiva. Sin embargo, la calidad de vida de los pacientes puede mejorar a través de la siguiente terapéutica (de menos a más invasivo):
- Estilo de vida: reducción del consumo de bebidas como café, vino o cerveza.
- Ejercicios de suelo pélvico, entrenamiento vesical y biofeedback (técnica utilizada para conseguir que el individuo tenga conciencia de funciones biológicas que en condiciones normales no percibe).
- Antimuscarínicos beta 3: Bloquean los receptores muscarínicos y alivian los síntomas miccionales (urgencia, incontinencia de urgencia, frecuencia miccional y nicturia). La sequedad de boca suele ser el efecto adverso más frecuente de los antimuscarínicos. Las contraindicaciones de los antimuscarínicos son: retención de orina, galucoma de ángulo estrecho, colitis ulcerosa y megacolon tóxico.
- Toxina botulínica
- Neuro-modulación
- Cirugía
Rol del farmacéutico comunitario en el manejo integral del paciente con vejiga hiperactiva
Los ponentes pusieron sobre la mesa la importancia de la comunicación entre farmacéutico, médico y paciente, para facilitar el diagnóstico y realizar un seguimiento del tratamiento de las personas afectadas por esta patología. Y es que muchos de ellos no buscan tratamiento médico -pese a la considerable afectación que la patología tiene en su calidad de vida- y retrasan la consulta con un profesional sanitario.
Muchas veces, por falta de información, las personas afectadas por vejiga hiperactiva llevan a cabo medidas adaptativas (cambio en la frecuencia urinaria, modificación de la ingesta de líquidos, uso de absorbentes y de ropa especial) que, además de modificar su estilo de vida, no mejoran los síntomas que sufren. Por eso, es importante que el paciente sepa que la vejiga hiperactiva es una enfermedad crónica. El desacuerdo entre expectativas y resultados puede dar lugar a la insatisfacción del paciente y el abandono del tratamiento.
La comunicación paciente-profesional sanitario pide abordar cuestiones como: la individualización del tratamiento, establecer expectativas realistas de los resultados, educar a los pacientes sobre su condición y tratamiento, fomentar las medidas higiénico-dietéticas, señalar la importancia de una monitorización periódica y acordar metas .
En definitiva, un abordaje integral del paciente con vejiga hiperactiva y una mejor comunicación son las bases para incrementar la efectividad del tratamiento.
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