Cuando una persona estornuda en plena primavera suele asociarse más bien con una alergia que con un resfriado. No es de extrañar, pues, que esta reacción inmunológica específica del organismo hacia una sustancia normalmente inofensiva sea una de las palabras más pronunciadas durante esta época del año.
Son varios los factores que la provocan, entre ellos el polen, partículas del polvo, esporas de las flores o de los hongos, determinados alimentos, goma de látex, veneno de insectos y medicamentos. Por otro lado, también son variadas las tipologías de alergias existentes.
La más común es la rinitis, una reacción alérgica de las membranas de la mucosa nasal cuando entran en contacto con una o más sustancias alérgenas. La padecen entre el 5% y el 25% de la población y los síntomas suelen ser estornudos, secreción nasal acuosa (rinorrea), congestión nasal, picor en los ojos y lagrimeo y picor en nariz y garganta.
La farmacia dispone actualmente de muchos principios activos para combatir las alergias y el papel del farmacéutico es de suma importancia a la hora de resolver consultas de los afectados.
Las rinitis estacionales las tienen personas que son sensibles a los pólenes de las plantas que dependen del viento para la polinización, ya las esporas de hongos y mohos. En cuanto a las rinitis crónicas, generalmente las causas son los ácaros, pelos y células de descamación de los animales domésticos y esporas de hongos.
Pero, ¿qué hace que no todas las personas sean alérgicas? Se puede tener cierta tendencia, aunque la exposición a los alérgenos en un momento en el que las defensas del cuerpo están bajas, o durante el embarazo, puede desarrollar la alergia.
Para detectarla el método más común son los test cutáneos, y aunque no cuida, sí se pueden controlar los síntomas y realizar tratamientos como baños salinos, descongestivos, antihistamínicos, anticolinérgicos y corticoides. Asimismo, también es difícil prevenirla. Algunos consejos que se pueden tener en cuenta son cerrar ventanas de casas y coches, evitar estar demasiado rato al aire libre en épocas de polinización (sobre todo en las horas de la puesta de sol, que es cuando hay más polen en suspensión) y no tener en casa alfombras, almohadas de plumas ni mantas de lana, así como evitar también los muñecos de peluche a la hora de dormir en el caso de los niños.
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