La oportunidad de vivir es el mayor regalo que nos proporciona la vida. Cierto es que en el transcurso de los años se originan obstáculos que complican el día a día, pero, precisamente, son estos malos momentos los que atribuyen valor a la infinidad de otros maravillosos. Sí, vivir es un regalo y, por eso, los cumpleaños son tan especiales. Dejando a un lado los regalos y las fiestas, el tuyo día sirve para detenerse en el tiempo, y qué mejor fecha que aquella que, justamente, celebras la longevidad, para apreciar la existencia.
Todos los cumpleaños son especiales y, en el Colegio, este año, celebramos uno mucho: los 100 años del colegiado Pere Quintana. Así que, en nombre de todos los miembros del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, felices 100 años, SR. ¡Quintana!
La andadura profesional del señor Quintana en el mundo de la farmacia se inició un año antes de licenciarse. En 1940 empezó a trabajar en la Farmacia de Riudoms, en Tarragona, donde estuvo dos años. De 1943 a 1945 ayudó a gestionar la Farmacia Coliseum, ya en Barcelona, ciudad en la que desarrollará toda su carrera como farmacéutico. También en el 45, formó parte del equipo de la farmacia del número 15 de Ronda Sant Antoni y, poco después, dio un paso adelante y adquirió la farmacia donde trabajó durante 38 años y, de la que, era su titular. Sin embargo, su esposa, Margarita Trias, se inició como titular de la farmacia de la Ronda de Arriba número 34. Es en este establecimiento donde el señor Quintana se trasladó al 83 hasta el 88, año en el que, finalmente, decidió jubilarse.
El señor Quintana con el equipo de la farmacia de la Ronda de Sant Antoni[/caption]
El aniversario del señor Quintana fue el 18 de enero y, en medio de la festividad que se le organizó, se le llamó colegiado emérito. Seguidamente, se pueden ver algunas de las fotografías de la celebración:
La experiencia es un tipo de sabiduría de mucho valor. Adquirir vivencias aporta unos conocimientos imposibles de obtener estudiante. Así que, desde el Colegio, estamos muy orgullosos de poder nutrirnos de la voz de quienes han vivido tantísimas experiencias.
