INTRODUCCIÓN
Cada día hay más evidencia epidemiológica que el sedentarismo está relacionado con el desarrollo de determinadas patologías y que es causa importante de mortalidad en los países desarrollados. En este sentido, el ejercicio físico tiene efectos saludables fisiológicos, psicológicos y sociales. Estos beneficios ayudan a alejar el sujeto de la enfermedad coronaria, la hipertensión, la obesidad, las dislipemias, la diabetes y la osteoporosis, por citar algunas de las enfermedades más corrientes en nuestro medio. En la actualidad el ejercicio físico junto con la alimentación, se ha convertido en una importante herramienta terapéutica y preventiva para determinadas enfermedades. Además, de mejorar la sensación de bienestar, la depresión y la capacidad de relajarse.
Pero a pesar de todos estos beneficios, la práctica deportiva no está exenta de riesgos. En los últimos años, los diferentes grupos de investigación y las sociedades científicas se han dedicado a consensuar los criterios de protocolización, por ejemplo, de las pruebas cardiológicas en el reconocimiento médico deportivo y en la valoración de patologías específicas en deportistas recreativos y profesionales. También, deberíamos tener una prescripción con una dosificación de actividad física, en cuanto a tipo de actividad, frecuencia, duración, intensidad, adecuado e individualizado en cada individuo/paciente, para conseguir una práctica de actividad física sana, segura y efectiva . ¡El desconocimiento en el asesoramiento en la prescripción de la actividad física para la promoción de la salud es uno de nuestros retos!